En el país la autoridad se diluyó, debido a que la inseguridad aumenta día a día. No solo los asaltantes de la gente, los maleantes “jala carteras” y muchos otros ladrones con diferente especialidad entre los que se encontrarían los corruptos y también aquellos que fingen inocencia.
Pero lo que más llama la atención son los “Movimientos sin Techo” o los “sin tierra”, “sin piso horizontal” (que faltaría) y otras formas de robo o asalto a la propiedad privada. Sin que sea promulgada aun la nueva Constitución ya algunos vivillos, entre los que se encuentran los loteadores, algunos de los cuales estarían protegidos por otro tanto de diputados, senadores y otros políticos en cargos estratégicos. La corruptela en YPFB, que viene de años atrás, es solo una pequeña muestra de la gran corrupción en la que se movería la maquinaria pública a todo nivel.
Por otro lado sin esa corrupción da la sensación de que las gestiones no marcharían como uno quisiese, existe la necesidad de buscar algún “padrino” para que cualquier trámite camine porque de lo contrario tardará si no un par de años por lo menos seis meses. Basta mirar alrededor nuestro para darnos cuenta de lo manifestado.
Volviendo al asalto en las tierras orientales es indispensable detener a todos los movimientos sociales con tendencias de obtener terreno a costa de sus legítimos propietarios o como consecuencia de los asaltos e instalación en los predios como si tuviesen autorización de niveles altos e importantes. Muchos de esos movimientos son consecuencia de las promesas realizadas en tiempos pre electorales o la ambición de los loteadores protegidos por políticos en cargos de influencia, quienes sobrepasaron los límites permitidos para vivienda sobre la cota 2750 en Cochabamba o lotes en barbecho en Santa Cruz y el Beni, tierras apetecidas por los altiplánicos para realizar tareas agrícolas. Por estas irregularidades los propios colonos y campesinos del oriente están en contra de sus pares andinos que avasallan propiedades legítimamente adquiridas, al igual que en las ciudades esperamos acciones más efectivas para encerrar a los asaltantes. La autoridad pública deberá asumir una política clara y efectiva contra los diversos asaltantes urbanos y rurales. XXX
sábado, 25 de abril de 2009
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