En pocos días más comenzaran los alumnos a llenar las aulas escolares con el inicio de clases, también repartirán el desayuno escolar. Muchos desconocemos la empresa adjudicataria para proveer de tan importante alimento supletorio. Ojala no sea Fagal.
Esperamos que este año ya no distribuyan plátanos podridos, yogures vencidos, galletas molidas, que sean alimentos secos y en buen estado.
Así evitaremos el viacrucis que realiza la Alcaldía ante una queja escrita que llega a la “comisión tercera”, volviendo al ejecutivo, claro que con su respectiva hoja de ruta, para luego pasar al despacho del Oficial Mayor de Desarrollo Humano, luego seguir al Director de Desarrollo Humano, pasar al escritorio del jefe del departamento promoción de educación finalmente aterrizar en el despacho del Responsable Desayuno Escolar, mientras tanto las bananas están en peor estado que cuando se inició la denuncia.
Después de todo ese recorrido burocrático vuelve a la Presidencia del Concejo, la empresa adjudicada inserta una fotocopia de entrega de 300 bananos, pero en ningún lugar indican el estado de los mismos, para que al final de todo el padecimiento, los responsables justifican su inoperancia manifestando que “en visita al director…” y toda la sarta de paliativos sin dar lugar a superar el motivo de queja. La denuncia se hace en abril y la respuesta sale en julio. Lo interesante de la burocracia municipal es que habían tenido unos formularios para ese tipo de denuncias, claro tienen que inventar todo para tapar ciertos negociados en la adjudicación. Algunas juntas escolares compraron garrafas y ollas para cocinar el desayuno escolar, pero a los negociantes no les convenía esa situación y cambiaron la modalidad dando fruta, inservible y de tercera calidad, día por medio. Los encargados de repartir el desayuno escolar pueden justificar su labor, pero esa denuncia la conocemos de primera mano y no podrán desmentirnos por muchas aclaraciones públicas que hagan, la verdad es otra. Tienen que cambiar la forma de brindar un adecuado desayuno escolar y con mucho respeto a nuestros hijos e hijas que reciben “como gran cosa” ese “alimento supletorio”. XXX
sábado, 25 de abril de 2009
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